Todo está bien
Nunca tres palabras tuvieron tanta fuerza para calmar los miedos y aceptar lo que es.
En la infinidad de la vida: todo está bien.
Todo está bien porque todo es como debe ser, que no siempre coincide con lo que tú quieres que sea.
Todo es, a su manera, perfecto, y tu esfuerzo por no aceptar e ir en contra de la naturaleza de la vida no hace sino anclarte al pasado, potenciar el sufrimiento y dirigir tu energía a la oscuridad, donde no tienes nada que hacer.
Aceptar que todo está bien te ayuda a fluir con lo que pasa, con la vida, y actuar desde ahí.
Todo está como debe estar, según su curso, según su orden.
Sólo desde la aceptación puedes enfocar la energía en construir tu camino, en disfrutar cada uno de tus pasos…
Todo está bien, en su orden natural, y tú también.
La Filosofía del «Todo Está Bien»¡Hey!
Hoy te traigo algo especial, algo que espero te ayude tanto como a mí en esos días donde todo parece estar al revés. Vamos a hablar de tres palabras mágicas que, aunque parezca increíble, tienen el poder de cambiar nuestra percepción frente a las adversidades de la vida:
«Todo está bien».Sí, ya sé, puede sonar a cliché o a una de esas frases que te encuentras en una galleta de la suerte, pero quédate conmigo un ratito más. Te prometo que tiene su chiste.Primero, vamos a desmenuzar un poco la idea. «Todo está bien» no es solo una afirmación, es una filosofía de vida. Implica aceptar que, en la inmensidad de la vida y con todas sus complejidades, todo sucede como debe suceder. Y esto, amigos, no siempre se alinea con lo que nosotros queremos o esperamos. Ahí es donde entra el juego la aceptación y el dejar fluir.La resistencia es el primer paso hacia el sufrimiento. Luchar contra lo que es, es como intentar nadar contra la corriente; te agotas, te frustras y, al final, probablemente termines en el mismo sitio donde empezaste. La aceptación, por otro lado, es como flotar con la corriente, permitiéndote ser llevado hacia donde necesitas ir, incluso si no es donde pensabas llegar.Ahora, el ejercicio:Encuentra un lugar tranquilo: Busca un espacio donde te sientas cómodo y seguro. Puede ser tu habitación, un parque, o incluso un rincón especial en tu casa.Respira: Cierra los ojos y toma tres respiraciones profundas. Con cada inhalación, imagina que estás llenándote de calma. Con cada exhalación, libera tus preocupaciones y tensiones.Repite la frase: En tu mente, comienza a repetir suavemente «Todo está bien». Hazlo durante unos minutos, dejando que las palabras calmen tu mente y corazón.Reflexiona: Piensa en algo que te esté causando estrés o ansiedad. Observa cómo te sientes al aplicar la idea de que «todo está bien» a esta situación. ¿Notas un cambio en tu percepción o en cómo te sientes físicamente?Escribe: Toma un cuaderno y escribe acerca de tu experiencia. ¿Fue difícil aceptar que «todo está bien»? ¿Cómo te sentiste antes y después del ejercicio?Agradecimiento: Para terminar, piensa en tres cosas por las que estés agradecido hoy. Escribelas también en tu cuaderno.Este ejercicio no es un «arreglo» instantáneo, pero con práctica, puede ayudarte a cultivar un estado de aceptación y paz interior. Al final del día, «Todo está bien» es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la vida tiene su propio orden y nosotros somos parte de ese fluir natural.Así que la próxima vez que te encuentres en medio del caos, recuerda estas tres palabras. Permítete sentir su peso, su verdad, y deja que te guíen hacia un espacio de calma y aceptación.¡Nos vemos en la próxima! Y recuerda, pase lo que pase, todo está bien.

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