¿Te has sentido alguna vez tan cómodo en tu pequeño rincón de mundo que la mera idea de moverte parece un desafío insuperable? Como si estuvieras acurrucado en el lugar más cálido y seguro del universo, pensando, “¿Para qué moverme si aquí estoy tan bien?”. Pero, como si fuera un ciclo inevitable, llega ese momento en que te preguntas: “¿Y ahora cómo salgo de aquí?”.
Es una paradoja humana: no le tememos al futuro por miedo a lo desconocido, sino que nos aferramos al presente porque nos hemos acostumbrado a su comodidad. Sin embargo, en el fondo sabemos lo que queremos, y una vez que nos ponemos en marcha, demostramos una resistencia y perseverancia envidiables. ¿Cómo podemos canalizar esta energía para superar la resistencia al cambio? Aquí te dejo dos ejercicios, uno interno y otro externo, para ayudarte a liberarte de las cadenas de la comodidad y abrazar el cambio con brazos abiertos.
Interno: Cambia tu Conciencia1. Encuentra tu terquedad: Reflexiona sobre un área de tu vida donde seas particularmente terco. Podría ser algo tan simple como tu renuencia a probar nuevos alimentos o algo más complejo, como tu resistencia a cambiar de empleo. Visualiza qué podría suceder si soltaras esa terquedad. ¿Cómo se vería tu vida? ¿Qué nuevas experiencias podrías disfrutar? Este ejercicio no se trata de juzgarte, sino de abrirte a nuevas posibilidades. 2. Identifica tu estancamiento: Todos tenemos esa área de nuestra vida donde nos sentimos atascados. Puede ser en nuestra carrera profesional, relaciones personales o incluso en nuestro desarrollo espiritual. Identifica ese punto de estancamiento y determina cuál es el primer paso, por pequeño que sea, que puedes dar para moverte hacia adelante. Reconocer el estancamiento es el primer paso para superarlo.
Externo: Acciones que Puedes Tomar
1. Conecta con desconocidos: Sal de tu burbuja interactuando con alguien nuevo. Esto puede ser tan sencillo como entablar una conversación con un vecino que nunca has saludado o compartir una comida con alguien que parece necesitar compañía. Estos pequeños actos de apertura pueden tener un gran impacto en tu percepción del mundo y en tu disposición para aceptar el cambio.
2. Reta tu zona de confort: Empieza despertándote una hora más temprano de lo habitual, ve al gimnasio, o enfrenta esas tareas en el trabajo que has estado evitando. Establece un pequeño desafío para ti mismo cada semana. Estos retos no solo te ayudarán a salir de tu zona de confort, sino que también te demostrarán de lo que eres capaz.
3. Utiliza tu perseverancia: Todos tenemos reservas de perseverancia que, a menudo, permanecen sin explotar. Elige una acción positiva que hayas estado posponiendo y comprométete a llevarla a cabo de principio a fin. Podría ser algo relacionado con tu salud, tu desarrollo personal o incluso un proyecto creativo.
Lo importante es comenzar y seguir adelante, utilizando esa energía de perseverancia que tienes dentro.

El camino hacia el cambio puede estar lleno de resistencias, pero también está repleto de oportunidades para crecer y expandirse. Al realizar estos ejercicios, internos y externos, te darás cuenta de que moverte de ese lugar cálido y seguro no solo es posible, sino necesario. Es momento de desplegar las alas y explorar todo lo que la vida tiene para ofrecer. ¡Vuela alto!

Deja un comentario