A ver, ¿te has preguntado alguna vez si la mano en Tai Chi tiene que parecer la de una princesa delicada? ¡Pues no! Aunque la idea de una “Mano de Dama Hermosa” suena súper elegante, la realidad en Tai Chi es que tus manos son más versátiles que eso. Así que olvídate de que siempre tengan que ser suaves como seda.
En el Tai Chi, cada postura tiene su chiste, y tus manos tienen que seguirle el paso. No siempre van a estar en la misma posición; a veces van a estar relajadas, otras veces más firmes, y todo depende de lo que estés haciendo. Es como cambiar de canal en la tele, dependiendo de lo que te apetezca ver. Y créeme, tus manos también tienen su propio show.
Imagínate que tus manos son como antenas que conectan con la energía del cielo y de la tierra. Sí, tal cual. Cuando estiras los brazos y doblas la muñeca, ¡bum! Estás abriendo los canales de energía en tu cuerpo y sintiendo el flujo que va desde el corazón hasta las puntas de los dedos. Es como si estuvieras sintonizando la mejor estación de radio cósmica.
Y, ¿qué pasa en invierno cuando todo está frío? ¡No te preocupes! Hay una postura en la que mantienes los brazos abiertos con las muñecas dobladas y los dedos apuntando al cielo. Esto hace que tus manos se calienten como si tuvieras guantes invisibles, y hasta puedes sentir un hormigueo en los dedos. Es como un truco de magia para mantenerte calientito.
Entonces, cuando te pregunten si en Tai Chi siempre debes tener esa “Mano de Dama Hermosa”, puedes responderles con una sonrisa y decirles que, en realidad, tus manos son como superhéroes que se adaptan a la situación. A veces son suaves, a veces fuertes, y siempre están conectando con la energía que te rodea. ¡Nada mal, eh!

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