¿Alguna vez te has levantado y sentido que el cuerpo no te sigue el ritmo? O tal vez, después de estar todo el día sentado, sientes que necesitas un “reset” para volver a la vida. Bueno, te traigo una solución que no solo es efectiva, ¡sino que se adapta a ti y a tus necesidades! Y sí, te hablo del Qi Gong.
A ver, primero lo básico. El Qi Gong es una práctica milenaria china que trabaja con la energía del cuerpo (sí, todos tenemos un “superpoder” interno) para mejorar la salud, reducir el estrés y devolvernos ese flow que a veces parece haberse ido de vacaciones. Pero lo más cool del Qi Gong es que no importa si te gusta estar de pie o si prefieres algo más tranquilo, como estar sentado en tu silla favorita, ¡lo puedes hacer igual!
Qi Gong: ¡De pie o sentado, pero siempre en movimiento!
Aquí viene lo interesante. No todos tenemos el mismo cuerpo o las mismas necesidades, y el Qi Gong lo sabe. Puedes elegir practicarlo de pie, sintiendo cómo tus pies se conectan con la tierra, o sentado, en caso de que quieras relajarte o tengas alguna limitación física. ¡Y ambas formas son igual de efectivas!• De pie: Cuando practicas de pie, activas todo el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Es ideal si quieres sentir la energía fluyendo en cada músculo, como si estuvieras enchufado a una fuente de poder invisible. Es como recargar tu batería interna, perfecto si quieres empezar el día con fuerza o necesitas una pausa energética en medio del trabajo. • Sentado: ¿Tienes un día más tranquilo o simplemente no quieres estar de pie? No pasa nada. Sentado también puedes disfrutar de los beneficios del Qi Gong. Te enfocas más en la respiración, el movimiento de los brazos y la relajación del cuerpo. ¡Es como una sesión de energía zen! Ideal si tu cuerpo pide calma o si tienes alguna limitación que te impida estar de pie por mucho tiempo.
¿Y por qué es tan adaptable?
Porque el Qi Gong no discrimina. Lo bonito es que se trata de encontrar equilibrio, de mover la energía sin importar la posición. Tú decides cómo te sientes más cómodo, y de acuerdo a eso ajustas tu práctica. ¿Qué más puedes pedir? ¡Un ejercicio hecho a tu medida!
Algunos tips para aprovecharlo al máximo:1. Escucha a tu cuerpo: No todos los días son iguales. Hay días que necesitas más movimiento y otros más calma. De pie o sentado, el Qi Gong te ayudará a fluir con lo que necesites. 2. Crea tu propio ritual: Ya sea en el parque, en casa, o incluso en la oficina (sí, en la oficina también), busca un espacio donde puedas desconectar unos minutos. 3. Recuerda respirar: Tanto de pie como sentado, la respiración es clave. Así que inhala profundo, exhala con calma y deja que el Qi Gong haga el resto.
¿Lo ves? ¡El Qi Gong no tiene excusas! Seas de los que prefieren estar de pie, sentados o incluso echados (aunque no sea lo ideal), esta práctica es para todos. Así que dale una oportunidad y comienza a experimentar esa sensación de bienestar total, sin importar cómo te encuentres hoy.

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