¿Por qué no logras lo que quieres? El secreto está en tus caderas (y en la vida)

A ver, seamos honestos… ¿cuántas veces has sentido que te falta estabilidad en la vida? Como si cualquier problema te sacara de balance y te costara recuperar el control.

Lo curioso es que esto también pasa en Tai Chi, y la solución es más simple de lo que crees: todo está en tus caderas.

Las caderas: tu centro de equilibrio

En Tai Chi, si no asientas bien las caderas, cualquier empujón te tumba. Pero si aprendes a enraizarte, absorbes la fuerza, la rediriges y te mantienes firme.

En la vida, pasa lo mismo. Si no tienes estabilidad interna, cualquier comentario, problema o imprevisto te derrumba. Pero si aprendes a mantener tu centro, nada ni nadie podrá sacarte del juego.

No se trata de fuerza, sino de fluir

En Tai Chi, no ganas empujando con fuerza bruta. Ganas usando la energía del otro a tu favor.

En la vida, igual. En lugar de pelear contra cada obstáculo, aprende a moverte con ellos, a adaptarte y convertir cualquier reto en una oportunidad.

Antes de actuar, asienta tu energía

Antes de empujar, primero te asientas. Bajas las caderas, conectas con el suelo y desde ahí te mueves.

En la vida, antes de reaccionar, de tomar decisiones o de dejarte llevar por el estrés, tómate un momento para respirar y encontrar tu centro.

• Antes de responder un mensaje impulsivamente, respira.

• Antes de tomar una gran decisión, conéctate con tu intuición.

• Antes de dejar que el estrés te controle, siente tu cuerpo y tu estabilidad.

El nivel avanzado: que no se note

En Tai Chi, cuando eres experto, aprendes a asentar tus caderas sin que se note.

En la vida, lo mismo. Cuando tienes verdadera estabilidad, no tienes que demostrar nada. Simplemente se siente.

Cuando llegas a ese punto, todo fluye a tu favor.

Entonces dime, ¿estás listo para asentarte y dejar de tambalear?

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