¿Te ha pasado que después de una práctica de Tai Chi te sientes más torpe que armonizado? ¿O que en lugar de salir flotando como maestro zen, terminas todo contracturado?
No, no estás haciendo nada mal… bueno, quizás solo estás olvidando lo más importante: calentar y enfriar tu cuerpo como se debe.
Y no, no es opcional.
Si de verdad quieres que tu práctica de Tai Chi te llene de energía, salud y longevidad (y no de lesiones, molestias o frustración), lo que haces antes y después de moverte vale tanto o más que la forma que practicas.
Paso 1: El gran error — Olvidarte que el Tai Chi es ejercicio
Sí, ya sé que se ve lento, fluido y casi como una danza mágica entre el yin y el yang, pero Tai Chi es ejercicio.
Y cualquier ejercicio —por suave que parezca— necesita dos cosas: una entrada suave y una salida con gracia.
Eso es: warm up y cool down.
O como lo diríamos en barrio: estira antes y afloja después, o tu cuerpo te lo va a cobrar con intereses.
Paso 2: Calentar el cuerpo — Preparar el templo antes del ritual
Aquí no se trata de brincos ni lagartijas.
El calentamiento en Tai Chi es inteligente y suave, como un susurro que le dice a tu cuerpo:
“Ey, vamos a movernos con conciencia, así que despierta tus articulaciones, activa tu energía y libera tensión.”
Aquí va una secuencia mágica que puedes hacer repitiendo cada movimiento 5 veces por lado:
Rota tus muñecas en ambas direcciones Rueda los hombros hacia atrás y hacia adelante Con una mano en el hombro opuesto, haz que el hombro toque el codo contrario (sí, es posible) Brazos extendidos al frente, palmas arriba y luego abajo Brazos flojitos, como tallarines, y sacúdelos Rota la cadera a un lado y luego al otro Desplante (lunge) suave con pierna izquierda y luego derecha Sentadilla ligera, piernas al ancho de hombros Rota tobillos en ambas direcciones ¡Y por último, sacude todo el cuerpo como si te quitaras el estrés a ritmo de cumbia zen!
Paso 3: Enfriar — Volver a la calma como un sabio
El “cool down” es la parte que muchos brincan… y luego andan como robot descompuesto.
Pero ojo: enfriar el cuerpo no es quedarte quieto de golpe, sino ir bajando las revoluciones, estirando suave y conectándote con la respiración.
Hazlo así:
Estira brazos, piernas, caderas, y luego círculos suaves de muñecas y tobillos Cruza un brazo frente al pecho y estira (5 veces por lado) Desplante suave (otra vez, sí) y repite cinco veces Sentadilla suave Inclinación de lado a lado desde la cintura, estirando suavemente los costados Camina lento en círculos, como si anduvieras en la luna Y finaliza con respiración: inhala profundo, exhala lento, deja que el chi se asiente
Pensamos que Tai Chi “no necesita” calentamiento ni enfriamiento porque “es suave”.
Pero la verdad es que la suavidad se entrena, se despierta con preparación y se asienta con cierre.
Es como hacer un poema: no solo cuenta el verso, también cómo entras y cómo sales del papel.
Así que si quieres que tu práctica sea más efectiva, sanadora y poderosa, no te saltes estos rituales.
Tu cuerpo es sabio, pero también es honesto: te va a decir con molestias lo que no le das con cuidado.
¡Ponlo en práctica hoy mismo!
La próxima vez que practiques Tai Chi, haz este warm up y cool down. Siente la diferencia. Tu cuerpo, tus articulaciones, tu energía y hasta tu ánimo te van a aplaudir.
Y si ya lo haces, cuéntamelo en los comentarios:
¿Cuál de estos movimientos es tu favorito y por qué? ¿Qué sentiste cuando lo aplicaste?
¡Te leo y lo compartimos juntos!


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