En la medicina tradicional china, existe un punto poderoso conocido como Yongquan (涌泉), literalmente “Fuente Burbujeante”, ubicado en la planta del pie, justo en la depresión entre los dos huesos metatarsales. Este punto no solo es el inicio del meridiano del Riñón, sino que también se considera una puerta de entrada para el Qi de la Tierra.
¿Y si te dijera que puedes respirar a través de ese punto?
Sí, aunque parezca metafórico, la práctica de la respiración Yongquan, también llamada Yongquan Hu Xi o respiración por la planta de los pies, entrena la conciencia para absorber energía directamente del suelo, enraizándote, calmando tu mente y fortaleciendo tus órganos desde lo más profundo.
El arte de respirar desde abajo
A diferencia de las respiraciones comunes que se enfocan en el pecho o el abdomen, Yongquan Breathing involucra a todo el cuerpo, pero con una especial atención en la base: los pies, el suelo, el enraizamiento.
¿Cómo funciona? Vamos paso a paso, como un maestro guiando con precisión taoísta:
Posición básica del cuerpo: Colócate de pie con los pies al ancho de hombros. Relaja las rodillas y siente como si el peso descendiera por tus piernas hasta las plantas de los pies. Las manos se colocan justo debajo del ombligo, en el área del dan tian, el caldero interno donde se cultiva el Qi. Conexión energética: La punta de la lengua toca suavemente el paladar superior, cerrando el microcósmico órbita y permitiendo la circulación interna del Qi. Inhalación consciente: Mientras inhalas, visualiza cómo el aire no solo entra por la nariz, sino cómo el Qi de la Tierra asciende a través del punto Yongquan, subiendo por las piernas hasta llegar al dan tian. El abdomen se expande, pero tu mente se mantiene “mirando” hacia abajo, como si tus ojos internos pudieran ver bajo la tierra. Exhalación y enraizamiento: Al exhalar, haz una ligera sentadilla. El cuerpo baja suavemente y visualizas tus pies “hundirse” en la tierra. Siente cómo las tensiones y pensamientos se liberan hacia abajo, como si exhalaras a través de las plantas de los pies.
Lo que dice la ciencia (y el Qi):
Aunque los científicos aún no “miden” el Qi con instrumentos occidentales, la neurociencia y la fisiología ya demuestran que este tipo de respiración:
Activa el sistema parasimpático, ayudando a bajar el estrés. Fortalece el suelo pélvico y la musculatura abdominal profunda, que sostiene órganos internos. Mejora el sentido propioceptivo y el equilibrio, ya que enfoca la atención en los pies y su relación con el entorno.
En términos esotéricos, estás conectando el Cielo y la Tierra a través de ti, anclando la conciencia en lo material mientras permites la expansión espiritual. El cuerpo se convierte en un canal.
¿Y después de respirar? Activa la circulación del Qi:
Una vez terminada la práctica:
Levanta los talones del suelo un par de veces. Luego levanta los dedos de los pies. Estos movimientos permiten que el Qi acumulado en el dan tian circule nuevamente por los meridianos, como abrir las compuertas de un canal de irrigación.
Y si quieres nivel maestro, puedes añadir una variante:
Gira el torso suavemente a los lados mientras inhalas y exhalas, manteniendo alineados el ombligo, nariz y ojos. Esto activa la columna y los canales laterales de energía.
En Tai Chi y Qi Gong decimos: “Donde está tu mente, ahí va el Qi”.
Si tu mente baja a tus pies, tu energía se vuelve profunda, firme, segura.
Si respiras con los pies, te vuelves como un árbol: fuerte por dentro, flexible por fuera, y conectado al Cielo y la Tierra.
No es solo una técnica, es una forma de reconectar con lo esencial.
Y tú, ¿estás respirando desde donde empieza la vida?


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