Cómo iniciar tu práctica de Tai Chi o Qi Gong sin perderte entre tantos métodos
Imagina que el Qi —esa energía vital que todo lo conecta— es como un río subterráneo que fluye suave pero poderoso bajo tus pies. No puedes verlo, pero si haces silencio, si te colocas en postura, si respiras con intención, lo puedes sentir. El Tai Chi y el Qi Gong son como los mapas para navegar ese río… pero, ¿por dónde empezar?
Spoiler: no hay un solo camino correcto, y eso, aunque suene confuso, es lo más liberador de todo este arte.
🧭 ¿Dónde empieza tu práctica?
La respuesta está dentro de ti. Algunos abren el libro completo, quieren saberlo todo antes de moverse un centímetro. Otros van directo a los ejercicios, guiándose por lo que más les llama. Y ambos están bien. La medicina tradicional china nos recuerda que el cuerpo es sabio y cada canal energético responde distinto al llamado de la conciencia.
Tal vez tu cuerpo hoy te está pidiendo respirar más profundo.
Tal vez tus pies quieren echar raíces antes de cualquier coreografía.
Tal vez tu corazón te suplica calma antes que técnica.
Entonces haz eso. Eso es Tai Chi. Eso ya es Qi Gong.
🌬️ Respirar es mover el universo en ti
En la teoría energética china, cada respiración armoniza el Qi del Cielo (Tian Qi) con el Qi de la Tierra (Di Qi). Cuando eliges empezar por la respiración, estás literalmente conectando los planos del cosmos dentro de tu diafragma. No subestimes ese primer paso. Es pequeño pero cósmico.
Respirar no es solo meter aire. Es organizar tu universo interno.
🦶Raíces antes de alas
¿Prefieres empezar por aprender a enraizarte? Excelente. El trabajo con el enraizamiento (Zhan Zhuang) es una forma de diálogo con la Tierra. Al pararte firme, con la columna alineada y los pies activos, estás activando los canales energéticos de Riñón y Bazo, que te conectan con la supervivencia y el centro vital.
Antes de mover los brazos como el bambú, aprende a ser como el árbol.
🧠 Pero ojo… no esperes fuegos artificiales al primer intento
Aquí viene lo técnico y lo realista: no vas a sentirte un monje de Wudang después de hacer tu primera secuencia. No es un error, es parte del diseño. La repetición en Tai Chi no es castigo, es refinamiento. Los movimientos deben repetirse varias veces para abrir los canales (Jing Luo) y permitir que el Qi circule con libertad.
En medicina china, no se busca el “click” inmediato, sino el flujo constante.
Cada pequeño beneficio es una victoria vibracional.
🔄 Repite. Siente. Respira.
Haz la secuencia. No importa si sale chueca.
Respira. Vuelve a hacerla.
Siente si algo cambió.
Si tu energía se acomodó.
Si tu mente se aquietó.
Ese día ganaste.
Y al día siguiente, ganarás más.
💫 ¿Qué importa más?
Lo más importante no es si hiciste la forma entera perfecta.
Ni si lograste memorizar los nombres chinos.
Lo esencial es la intención con la que te paras, respiras y te mueves.
Porque cuando practicas con intención, no solo estás entrenando tu cuerpo.
Estás mostrando al universo —y a ti mismo— que crees en tu transformación.
Y ese pequeño acto de fe es el inicio del cambio.
Tai Chi y Qi Gong no son recetas. Son rituales de presencia.
No tienes que ser maestro para comenzar.
Solo tienes que estar dispuesto a sentirte vivo.
A seguir tu propio ritmo.
A confiar en que tu cuerpo ya sabe el camino.
El Qi no te exige perfección, solo que estés presente.
Si este texto resonó contigo, hoy es el mejor día para comenzar. Elige tu puerta de entrada: la respiración, el enraizamiento, la postura o el movimiento. Lo importante es dar ese primer paso. Porque al hacerlo, el universo empieza a moverse contigo.


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