Mira, no sé tú, pero yo más de una vez me he sentido así como que el mundo me avienta un torbellino de problemas, ¿no? Que si el estrés, que si el jefe, que si los pendientes, que si la vida misma parece empujarte como un tren sin frenos. Pero ¿y si te dijera que existe un arte ancestral que no solo te enseña a no dejarte derribar… sino a transformar esa energía que viene hacia ti en una fuerza que te impulse? 🌀💥
Hoy quiero contarte sobre algo que suena casi mágico pero es real: el Chan Ssu Jin del estilo Chen de Taijiquan, un movimiento que no solo es bello, sino que encierra un secreto brutal para la vida diaria.
🌟 El problema de fondo: Siempre estamos reaccionando en lugar de fluir
La neta, la mayoría de las personas vivimos reaccionando a lo que nos avientan los demás. Alguien nos ataca (con palabras, actitudes, energía) y nos enganchamos. Sentimos que tenemos que contraatacar o huir. Pero en ese instante… perdemos el control. Porque ya no somos dueños de nuestra energía. ¡Estamos atrapados en el juego del otro!
Y aquí es donde entra el Chan Ssu Jin, el arte del “reeling silk” o devanado de seda. Sí, suena poético, ¡y lo es! Pero detrás de ese nombre hay toda una sabiduría para que tomes el mando de tu energía, de la situación y hasta de tu vida entera.
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Desglosando la oportunidad: Cómo funciona este superpoder del Chen Taijiquan
👉 Primero: shun chan (la espiral que recibe, el yin)
Piensa en cuando algo llega a ti: un comentario feo, una situación incómoda, un empujón literal o emocional. El shun chan es como esa parte de ti que respira, que cede un poquito, que acompaña el movimiento del otro sin oponerse. En la espiral, es la primera mitad del círculo, el momento donde absorbes y rediriges, como el agua que se aparta y deja pasar la roca.
👉 Luego: ni chan (la espiral que devuelve, el yang)
Aquí ya no solo recibes: ¡ahora controlas! Sin necesidad de fuerza bruta, tomas lo que venía hacia ti y lo transformas. El ni chan es el momento en que la espiral se cierra, el punto donde el ataque del otro se convierte en tu herramienta, y usas su energía para resolver, para guiar, para actuar con propósito. Es como un boomerang bien lanzado: lo que te lanzaron regresa, pero ahora bajo tu comando.
👉 Juntos forman el círculo completo
Shun chan y ni chan no existen por separado. Son yin y yang, dos caras de la misma moneda. El secreto está en la continuidad, en el flujo, en no dejar que el círculo se rompa. Como en la vida: no se trata de parar la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia.
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Reflexión: ¿Cuántas veces dejas que la energía de otros dirija tu vida?
Hazte esta pregunta, de compas:
¿Cuántas veces al día permites que lo que alguien dice, hace o proyecta determine cómo te sientes, cómo reaccionas o qué decisión tomas?
El Chan Ssu Jin no es solo un movimiento de las manos. Es un recordatorio físico y espiritual de que puedes estar en el centro de la espiral, sin perderte en el torbellino de afuera. De que lo que parece un ataque puede ser la materia prima para tu propia victoria, para tu crecimiento, para tu paz.
Y lo mejor: ¡esto se entrena! Como devanar la seda, suavecito, con paciencia y constancia.
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Llamado a la acción: Haz de tu vida un Taijiquan viviente
Así que, ¿qué tal si hoy mismo comienzas a practicar este principio? No tienes que ser maestro de Taijiquan (aunque te invito a probar una clase). Basta con que en tu próxima interacción difícil:
✅ Respires profundo y permitas que el “ataque” pase sin resistirte de golpe.
✅ Te preguntes: ¿cómo puedo transformar esto en algo útil?
✅ Visualices la espiral. Siente cómo lo que viene hacia ti se convierte en energía que tú controlas.
Y si quieres aprender a aplicar el Chan Ssu Jin no solo en teoría sino en tu cuerpo, en tus manos, en tu caminar, ¡échame un mensajito! Nos armamos una práctica, un taller o un reto para que lo vivas.
Porque el verdadero poder no está en pelear contra todo… sino en aprender a espiralarlo hacia ti y hacerlo parte de tu fuerza. 💫
👉 Cuéntame: ¿en qué situación de tu vida sientes que te ayudaría un poquito de Chan Ssu Jin? Déjamelo en los comentarios o mándame un WhatsApp. ¡Te leo!


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