En Tai Chi solemos escuchar que lo importante es mantener la calma, relajar el cuerpo y dejar que la energía fluya. Pero hay un secreto que transforma por completo la práctica: girar la columna en cada movimiento. Y hoy quiero compartirte este principio porque, cuando lo aplicas, no solo mejoras tu Tai Chi, también revitalizas tu salud, tu energía interna y hasta tu estado emocional.
La idea es simple pero poderosa: cada movimiento de Tai Chi debe incluir un giro completo de la columna y un regreso a su posición natural. No se trata solo de mover los brazos o girar la cintura de forma aislada; lo que realmente anima cada postura es la torsión y destorsión de la columna vertebral. Este giro se convierte en el motor que conecta la intención con la acción.
Al principio puede sonar confuso. Yo mismo no entendía cómo “girar la cintura” podía funcionar. Pero con la guía de maestros chinos descubrí que no se trata de un movimiento superficial: el torso entero se tuerce como si enrollaras un resorte, y al soltarlo, la energía se libera con potencia y elegancia. Basta mirar a los grandes practicantes de Tai Chi: su poder no viene de los brazos, sino del centro, de ese espiral continuo que nace en la columna y se proyecta hacia cada extremidad.
Sé que puede sonar difícil al inicio. A veces miramos nuestra cintura esperando que gire “sola” y nos frustramos. O sentimos que nuestras articulaciones están un poco rígidas y no logramos un giro completo. Está bien. Todos pasamos por ahí. Lo importante es recordar que incluso un pequeño intento de girar la columna ya despierta un masaje interno que beneficia los órganos, suaviza la tensión y revitaliza el cuerpo. Cada paso cuenta.
Fisiológicamente, este principio tiene sentido: cuando los hombros giran y las caderas permanecen estables, el torso entero se retuerce, estimulando músculos profundos, órganos internos y articulaciones de la columna. Energéticamente, activa la circulación del Qi a través de los canales centrales, y espiritualmente, nos conecta con la idea taoísta de la espiral como forma fundamental de la vida. Girar la columna no es un detalle: es el núcleo del arte.
Y aquí lo urgente: muchísimos practicantes hacen Tai Chi “muerto”, sin girar la columna, moviendo solo los brazos como si fueran zombis de Night of the Living Dead. No caigas en eso. Si quieres que tu Tai Chi esté vivo, fluido y lleno de poder, comienza hoy mismo a integrar el giro espinal. Hazlo en tu próxima práctica: siente cómo tu torso se enrolla como un resorte y luego suelta esa energía. No es teoría: es la diferencia entre una forma vacía y un movimiento lleno de vida.


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